CARTA ABIERTA A LA DRA. Mª ISABEL MOYA GARCÍA PRESIDENTA DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE ALICANTE

Dra.: Moya:

                        Ayer mismo en una carta que dirigía a la diputada por la Cortes Valenciana, la Sra. Yaneth Giraldo, le hablaba de los lobbies o grupos de poder y como estos influían en los posicionamientos y la toma de decisiones de los políticos. Y se lo decía en referencia a su interpelación a la Consellera de Sanidad por el mismo motivo y casi idénticos argumentos a los que usted hace referencia, como Presidenta del Colegio de Médicos, con relación a la prescripción enfermera.

            Curiosamente hoy usted se dirige a la Consellera en este mismo sentido haciendo una serie de consideraciones argumentales que cuanto menos son cuestionables tanto desde el punto de vista semántico, jurídico, profesional e inclusive de respeto a la profesión enfermera.

            Realmente consideraba que los tiempos del absolutismo, entendido este como el poder único desde el punto de vista formal, indivisible, inalienable, intrascendente y liberal, habían pasado a la historia y que nos encontrábamos en un tiempo de respeto, tolerancia, conocimiento compartido, pensamiento crítico, transdisciplinariedad… en un escenario común de relaciones profesionales. Pero el discurso vertido en la carta que traslada a la Consellera realmente introducen elementos que hacen sospechar claramente en un intento de recuperar ese poder absoluto que consideran les corresponde. Lo hacen además desde la arrogancia del narcisismo, en este caso entendido como la admiración excesiva y exagerada que sienten por sí mismos, por sus dotes o cualidades.

                        Por lo tanto, desde estos planteamientos usted pretende establecer una relación causal entre la prescripción y la medicina que la define como exclusiva y excluyente de esta. Mucho más si tenemos en cuenta que la prescripción no hace referencia exclusiva a los fármacos, por lo que las enfermeras siempre hemos estado habilitadas para prescribir.

            No es la primera vez que utilizan estos argumentos y tampoco es la primera vez que acaban sucumbiendo a las decisiones judiciales como consecuencia de sus reiteradas denuncias, que cuando logran que sean admitidas, habitualmente acaban con sentencias en su contra como en el caso de los diagnósticos, las consultas enfermeras, las especialidades…

            Imagínese por un momento que nosotras como enfermeras interpelásemos a las autoridades sanitarias, o les llevásemos ante los tribunales cada vez que ustedes hablan de cuidados médicos porque entendiésemos que los cuidados son exclusivos y excluyentes de las enfermeras.

            Evidentemente lo haríamos si tratasen de arrogarse, los cuidados enfermeros como propios, pero no los cuidados, porque en ese caso deberían estar en los juzgados desde las madres, las cuidadoras familiares, los fabricantes de champú, los psicólogos… que también hablan de cuidados como competencias profesionales o cualidades de sus productos.

            La prescripción, por lo tanto, le guste más o menos, que está claro que es más bien menos, no es ni exclusiva ni excluyente de los médicos. Lo será, en todo caso, la prescripción médica.

            Pero en su alegato en contra de la resolución de la Consellera van más allá y le acusan por haber dicho que las enfermeras, a través de la asunción de esta competencia, serán capaces de obtener mejores resultados a través de la reducción de la presión asistencial y de costes. No sé si las que considera desacertadas declaraciones de la Consellera en este sentido, también tienen que ver con que dichos logros tan solo pueden ser obtenidos de manera exclusiva y excluyente por parte de los médicos. Porque de ser así, está claro que vienen fracasando de manera estrepitosa no solo con su actividad profesional sino con el mantenimiento de un modelo medicalizado, hospitalcentrista, biologicista, dependiente… que a todas luces es ineficaz e ineficiente, pero que defienden a toda costa a pesar de las evidencias que demuestran su clara obsolescencia.

            Usted misma en su encendida defensa de la honorabilidad y dignidad médica, que entiende atacada y mancillada de manera totalmente interpretativa, subjetiva y ausente de rigor, hace una correlación entre las palabras de la Consellera y lo que usted considera un ataque a la profesión médica que tan solo está en su imaginario o que bien utiliza de manera demagógica, interesada y manipuladora para situar a los médicos como garantes exclusivos de la calidad de atención, de la salud, de la sanidad y, si mucho me apura, de la suerte que tenemos todas las personas de que existan para que podamos vivir.

            Señora Presidenta, estaría bien que dejasen de mirarse el ombligo y tratasen de identificarse como lo que son, es decir, unos profesionales muy importantes que precisan de otros profesionales, cuanto menos igual de importantes como ustedes, para prestar una atención de calidad a las personas, familias y comunidad de manera colaborativa y en ningún caso exclusiva y excluyente. Lo contrario les sitúa como dioses mitológicos con poco predicamento en la sociedad actual, al poder ser identificados como mito, es decir, como una historia imaginaria que altera las verdaderas cualidades de una persona o de una cosa y les da más valor del que tienen en realidad.

            En nosotras, las enfermeras, siempre encontrarán a unas profesionales dispuestas a trabajar en equipo para lograr los mejores resultados de salud en la sociedad. No tenemos intención alguna de ocupar aquellos espacios que conocemos y reconocemos como propios de otras disciplinas. Pero sí a asumir aquellas competencias que en base a los conocimientos y capacidad profesional y científica tenemos avalados.

            Señora Moya, no vea fantasmas, donde tan solo existen sábanas. No identifique amenazas donde tan solo se presentan oportunidades. No ataque a quienes pueden y deben ser sus mejores aliados en un celo excesivo que tan solo les conducirá a la pérdida de credibilidad.

            Seguro que en su responsabilidad como Presidenta de los médicos alicantinos tiene temas mucho más importantes en los que dedicar su tiempo, su energía y sus recursos, para que sus colegiados se sientan representados por usted y por la institución que preside.

 

                                               Dr. José Ramón Martínez Riera

                                               Enfermera prescriptora