En sus más de 20 años de vida, la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), se ha caracterizado por su empeño permanente en defensa de la Enfermería Comunitaria.
Al principio sentando las bases y generando el marco de nuestra actuación en la Comunidad en el entonces denominado Nuevo Modelo de Atención Primaria.
Posteriormente trabajando intensamente para justificar y y dotar de entidad científica la demanda de la Especialidad de Enfermería Comunitaria. No en vano la AEC elaboró la primera propuesta seria, fundamentada y rigurosa de la especialidad, que fue modelo y referencia hasta que se logró finalmente la especialidad.
En ese itínere se siguió trabajando intensamente en el desarrollo de la enfermería comunitaria a través de grupos de trabajo, comisiones, posicionamientos, documentos… que fueron definiendo nuestro perfil científico-profesional alejado de planteamientos populistas, oportunistas y demagógicos. Perfil que nunca hemos intentado eliminar, ocultar o disimular en función de las circunstancias. La AEC siempre fue coherente con sus planteamientos, equivocados o no, y no cayó en la tentación de cambiar de rumbo para aprovechar las circunstancias. Esto nos generó ciertos problemas y dolorosas rupturas que el tiempo se ha encargado de clarificar a favor de la AEC. Siempre mantuvimos nuestra identidad y nuestra meta en defensa de una Enfermería Comunitaria que algunos quisieron aprovechar en beneficio propio.
Llegado el momento en el que finalmente se iba a aprobar la especialidad AEC volvió a posicionarse sin ambigüedades en contra de la propuesta de especialidades que se presentaba. Desde AEC se argumentó mediante la aportación de documentos su oposición a perder la denominación que siempre nos definió para adoptar la de otro colectivo profesional y a la forma de desarrollo que se determinaba en el entonces borrador. Las prisas, nunca esclarecidas aunque manifiestamente claras, por aprobar dicha regulación condujo a la pubicación del Real Decreto de Especialidades de Enfermería en 2005.
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