El gran escritor francés de novela negra, Pierre Lemaitre, dice que las novelas policiacas son un género en el que existen si cabe más reglas que en el resto: si no hay suspense, misterio, sorpresas, giros inesperados, pistas falsas, indicios que se van descubriendo, varios sospechosos y otros ingredientes, es poco probable que la novela sea considerada una “auténtica” policiaca. Y además de todo esto deben ser originales.
Casi con toda probabilidad, Lemaitre, no conocerá el ámbito enfermero, pero su descripción de la novela negra podría, realmente, ser una metáfora o un símil de lo que sucede en el desarrollo profesional y disciplinar enfermero.
Lemaitre enumera una gran variedad de reglas, a las que a continuación me referiré, pero que en el caso de la enfermería queda, me atrevo a decir, corta la lista si tenemos en cuenta la multitud de ordenamientos, leyes, normas, decretos, circulares… que nos regulan por no decir estrangulan el desarrollo autónomo de nuestra profesión.
Vayamos por partes.
El suspense es permanente en nuestro devenir profesional. ¿Hay mayor suspense que el que genera el futuro de las especialidades enfermeras, o la prescripción enfermera, o la gestión…? Siempre estamos expectantes ante el desarrollo de la trama urdida por políticos y otros poderes fácticos y mediáticos y que mantiene a las enfermeras ansiosas o temerosas por saber lo que va a ocurrir y cómo les va a afectar.