CINISMO POLÍTICO Y NURSING NOW

Cuando hoy en día calificamos a una persona como cínica no estamos siendo precisamente halagadores. El propio diccionario de la Real Academia define el cinismo como la “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables” o, en su segunda acepción, como una “impudencia u obscenidad descarada”.

Sin embargo, el cinismo, tal como lo entendemos e interpretamos hoy en día, no tiene nada que ver con lo que proponía Antístenes (444 a.C – 365 a.C) en la corriente filosófica.

Para Antístenes la única manera de alcanzar la felicidad pasaba por abordar de forma rigurosa un drástico cambio de actitud. Los cínicos lograron ganar mucho tiempo libre, lo que les permitió vivir la buena vida. Para seguir el camino de los cínicos, es necesario abandonar las convenciones sociales y vivir de acuerdo con la naturaleza. Antístenes era claro al respecto. No se debe vestir ropa de moda –él llevaba únicamente una capa y un báculo, que se convirtieron en el uniforme de la escuela–, no se debe acudir a fiestas ostentosas e, incluso, se debe renunciar a tener una vivienda fija.

A través de este sencillo camino hacia la felicidad, los cínicos lograron ganar mucho tiempo libre, lo que les permitió vivir la buena vida o, tal como lo entendía Antístenes, ver las cosas dignas de ver y oír las cosas que vale la pena escuchar”. Esta ética la llevaban los cínicos hasta su muerte.

Un filósofo olvidado

Las ideas filosóficas de Antístenes, que dieron pie al cinismo, se hicieron conocidas a través de Diógenes, un discípulo suyo que, según creen numerosos estudiosos, ni siquiera conoció a su maestro, y cargó al movimiento de todas las connotaciones negativas que arrastra.

Antístenes llevó sus ideas a la práctica, se mezcló con las clases populares y se dedicó a predicar con el ejemplo. Platón y Antístenes compartían numerosas creencias con el resto de filósofos, como el rechazo de la riqueza y el lujo, necesario para abrazar la búsqueda de sabiduría y virtud. Pero lo que condenó a Antístenes al sumidero de la historia fueron sus métodos, que le alejaron del resto de filósofos. Mientras Platón fundaba su AcademIa, donde impartió sus enseñanzas filosóficas, Antístenes llevó sus ideas a la práctica: se mezcló con las clases populares, de las que extrajo a sus discípulos, y se dedicó a predicar con el ejemplo, abogando por tomar el camino más corto hacia la felicidad y la virtud. Paradójicamente, el fundador de los cínicos fue el único que no se comportó como tal.

Con anterioridad Zenón de Citio en el 301 a. C. creó el estoicismo, doctrina filosófica basada en el dominio y control de los hechos, cosas y pasiones que perturban la vida, valiéndose de la valentía y la razón del carácter personal. Su objetivo era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de los bienes materiales.

Dicho todo lo cual pareciera como si la clase política hubiese querido incorporarse a las corrientes de Zenón de Citio y Antístenes pero tan solo en la parte de alcanzar la felicidad, sin renunciar a nada de lo que planteaban para lograrlo. Lo que posiblemente condujese a que el cinismo pasase a ser identificado como hoy se le conoce y desterrasen todo acercamiento al estoicismo.

Ahora que nos encontramos en pleno proceso de pactos para constituir gobiernos, central, autonómicos, municipales e incluso europeo, el cinismo se incorpora de manera clara, descarada, impúdica, desvergonzada y libre en los discursos de quienes se afanan en querer hacernos creer que todo cuanto dicen o hacen es por el bien de la ciudadanía y de sus derechos.

Y, claro está, en esos discursos estamos incorporadas las enfermeras. Lo estamos para construir su dialéctica falsa, falaz, espuria y demagógica con adulaciones hacia nuestra importancia en el sistema sanitario como pilar fundamental del mismo, como líderes indiscutibles del cuidado, como referentes de la eficacia y la eficiencia… que tan solo obedece a intereses partidistas y partidarios para lograr el codiciado voto de las enfermeras.

Su felicidad, por tanto, pasa irremediablemente por mentir sin ningún tipo de escrúpulos sobre lo que para ellas/os son y suponen las enfermeras. Somos tan solo meros elementos circunstanciales, piezas de su tablero de juego, comparsa de su particular festival, destinadas a ser utilizadas para lograr su fin, aunque no sean justificables los medios. Nada es casual, todo es causal y, por tanto, no existen excusas que puedan, en ningún caso, atenuar, eximir o exonerar el mal que hacen.

Como decía estamos ante un panorama ciertamente incierto en el que los equilibrios son difíciles y los planteamientos tan débiles como poco creíbles.

Curiosamente, o no, todo ello se produce cuando la OMS y la ONU han establecido que el año 2020 sea el año de las enfermeras a través del movimiento Nursing Now.

Ya tuve oportunidad de reflexionar sobre lo que el citado movimiento suponía para las enfermeras en cuanto a oportunidad de visibilización, desarrollo y reconocimiento profesional y social. Pero ahora quiero apuntar lo que supone dicho movimiento como elemento de posicionamiento político.

Si las/os políticas/os que van a conformar los gobiernos de Europa, el Estado, autonomías, ayuntamientos y diputaciones van a utilizar cínicamente el movimiento Nursing Now como elemento de marketing, propaganda o publicidad, estaremos ante una nueva, aunque no por ello desconocida, manipulación política con el único objetivo de lograr sus fines.

De una vez por todas, las/os políticas/os deben ser conscientes de la importancia que tenemos las enfermeras en la sociedad actual. De cuál es nuestra aportación, más allá de ser el colectivo más numeroso del sistema sanitario. De cómo influimos en la salud de las personas, las familias y la comunidad. De la importancia que nuestros cuidados tienen. De la singularidad de nuestra disciplina/profesión. En definitiva, de poner en valor lo que somos. Y queremos que se haga abandonando el paternalismo de los discursos, la hipocresía de los planteamientos, las alabanzas falsas de sus análisis, los criterios restrictivos de sus normas, las presiones mediáticas que limitan o anulan sus decisiones. Y todo ello desde la convicción y no desde el oportunismo puntual, efectista o chantajista. Con la valentía que requiera tomar determinadas decisiones, aunque ello suponga tener que abandonar su zona de confort político. Con la determinación de la razón que sustituya el inmovilismo, el conformismo y la mediocridad. Con la inclusión sin límites en todos aquellos ámbitos en los que sistemáticamente hemos sido excluidas. En la toma de decisiones real y no como asesoras, en el mejor de los casos, o simples figurantes, como habitualmente sucede.

Nursing Now no pasará de ser una anécdota, más o menos colorista, festiva, pseudoparticipativa, si las/os políticas/os no se deciden por desarrollar políticas de salud en las que estemos las enfermeras, en todas las políticas. Si no se identifica la necesidad real de cambio. Si no se trabaja por un discurso que tan solo trata de regalar los oídos por otro que reconozca las necesarias aportaciones específicas de todos los agentes implicados. Si no se abandona el cinismo del discurso y de la actitud políticos, aunque ello signifique abandonar también la comodidad de un sillón, la apariencia de un cargo o el respeto que resulta de estos y no por habérselo ganado con sus comportamientos, actitudes y decisiones coherentes y éticas.

Volver a recuperar los planteamientos de Antístenes para ser cínicos y los de Zenón de Citio para ser estoicos, es posible a través de Nursing Now. Posiblemente incorporarlo de manera generalizada será luego mucho más fácil y suponga que la Real Academia de la Lengua tenga que modificar la actual definición.

Señoras/es políticas/os, las enfermeras les damos la oportunidad de ser cínicos y estoicos como en la antigua Grecia a través de Nursing Now. Sean valientes e inténtenlo al menos. Posiblemente se den cuenta que ni duele, ni tiene efectos indeseables, más bien al contrario, puede ser una actitud muy saludable, tanto para ustedes como para la sociedad a la que dicen representar y no siempre hacen.

Pasen de su cinismo actual al cinismo nacido en la antigua Grecia. Cuna, por otra parte, de la democracia. Alguna relación debe tener.

Dejen de ver a las enfermeras como un problema que hay que asumir y empiecen a identificarnos, cuanto menos, como parte de la solución. No desdeñen de nuevo la oportunidad que se les presenta.

2 thoughts on “CINISMO POLÍTICO Y NURSING NOW

  1. Claramente los políticos /as tienen en sus mentes y sus manos La desicion la oportunidad histórica se la damos sean merecedores !!!!

  2. Me parece que lo que se pesa en el artículo es digno de considerar, yo también reflexioné sobre la inusitada relevancia que le dan en este momento a enfermería y recapacité…En realidad se han dado cuenta de que no van a alcanzar las metas de ningún proyecto, llámese cobertura universal, APS y la salud como un derecho, entre muchos etcéteras. Es que el agua ya les llegó a los aparejos y necesitan estrategias diferentes.
    Por eso ahora sí reconocer la importante contribución de enfermería al logro de los objetivos del desarrollo sostenible, por eso ahora entienden que no lo van a lograr sin que se tome en cuenta y en serio a enfermería.
    Pero veámoslos con actitud positiva, siempre hemos apelado a que nos «dejen ser», a que permitan optimizar todo el potencial del cual somos capaces las enfermeras y enfermeros del mundo, entonces aprovechemos las «vacas flacas» por las que atraviesan los sistemas de salud en el mudo y dejemos ver todo lo que podemos ser. Es un reto y lo vamos a superar.

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