Prueba extraordinaria de acceso al título de especialista de enfermería familiar y comunitaria
Cualquier hombre o institución que trate de despojarme de mi dignidad, fracasará.
Nelson Mandela[1].
Durante más de diez años hemos estado trabajando intensamente tratando, con diferentes equipos ministeriales, de desbloquear una situación que resultaba totalmente injustificada, injusta y humillante para las enfermeras comunitarias. La inmensa mayoría de ellos demostraron una total falta de empatía disfrazada de buenas palabras, excusas imposibles y una ausencia de voluntad política insultante. Tan solo el equipo de la Ministra Carcedo, con el Secretario General de Sanidad, Faustino Blanco y el Director General de Ordenación Profesional, Rodrigo Gutiérrez, mostraron sensibilidad e interés en desbloquear una situación tan inaudita como lamentablemente real. Fue con ellos con quienes las dos sociedades científicas, Asociación de enfermería Comunitaria (AEC) y la Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primara (FAECAP), se logró desatascar el colapso de expedientes acumulados durante años en el Ministerio de Educación pendientes de evaluación. La aportación totalmente desinteresada pero comprometida e implicada de profesionales de ambas Sociedades Científicas, permitió evaluar en pocos meses lo que llevaba 10 años bloqueado en el Ministerio.
Salvado el principal escollo para convocar el examen, tan solo quedaba la voluntad real de hacerlo. En esos momentos se nos trasladó a ambos presidentes de AEC y FAECAP la posibilidad de un aprobado general, al que nos negamos ambos por coherencia, ética y sentido de la responsabilidad. No queríamos que se vendiese que se regalaba el título de especialista y no podíamos permitir que se devaluase la especialidad y que se crease un agravio comparativo con el resto de enfermeras que optaron al título en otras especialidades. Pero sí que trasladamos que se debían tener en cuenta las especiales circunstancias que afectaban a la citada prueba y a las que indudablemente eran ajenas las enfermeras comunitarias, por lo que solicitamos la realización de una prueba objetiva, justa y ajustada a la realidad, por no tratarse de un examen eliminatorio ni que diese acceso a ninguna plaza o complemento económico.
El abandono del citado equipo del Ministerio de Sanidad por razones que sin duda no se correspondían con las personales esgrimidas por los cesantes, provocó un nuevo y desquiciante paréntesis en el que la ausencia de comunicación e interés fueron las constantes que volvieron a distinguir a las/os nuevas/os inquilinas/os ministeriales.
Por su parte en el Ministerio de Educación miraban para otro lado y utilizaban el manido mantra de la falta de decisión del Ministerio de Sanidad que era idéntico al que este utilizaba en referencia al Ministerio de Educación. Es decir, marear la perdiz y no tomar decisión alguna.
Tras mucho insistir las dos Sociedades Científicas lograron arrancar del Director General de Universidades y de la Subdirectora General de Títulos, el compromiso de convocar la prueba. Prueba que propusieron convocar, ahora creo que, con absoluta intencionalidad, coincidiendo con el inicio de las campañas de vacunación COVID que recaían precisamente en las enfermeras comunitarias que mayoritariamente tenían que presentarse a la prueba. El tema de hacerlo online no hubo manera de negociarlo al haberlo decidido unilateralmente. Aunque solicitamos se extremasen las garantías de imparcialidad, confidencialidad y accesibilidad. Pedimos se retrasase la prueba para que no coincidiese con la citada campaña y para que las enfermeras tuviesen un mayor tiempo de preparación. Aceptaron hacerlo y se quedó en convocarla para antes de las vacaciones de verano, al tiempo que nos aseguraron una comunicación permanente sobre la gestión del proceso.
Huelga decir que la comunicación prometida, como todo aquello que prometen, quedó en un mero formulismo de consuelo que nunca se concretó en información alguna por su parte. Tan solo la insistencia reclamando noticias logró conocer lo que realizaban sin consenso alguno con las sociedades científicas.
Trasladamos la posibilidad de participar, con las máximas garantías de confidencialidad e imparcialidad, en la elaboración del examen, aportando socias/os de nuestras respectivas Sociedades Científicas. Nuevamente las buenas palabras quedaron en nuevas mentiras que nunca se concretaron.
A estas alturas desconocemos quienes han participado en la elaboración de la prueba, pero han logrado justamente lo que estamos tratando de evitar las Sociedades Científicas desde hace años, es decir, evitar la confrontación entre especialistas y no especialistas, al dejar en el aire la sospecha de una “vendeta” de las actuales especialistas EIR por entender que a estas enfermeras no se les puede “regalar” el título. Una gran aportación por parte de las/os máximas/os responsables de los ministerios a la disciplina enfermera.
Se realizó la convocatoria y en la misma se configuró una Comisión Evaluadora titular y suplente en las que la presencia de enfermeras ha sido meramente testimonial, con repetición de personas como miembros de la Comisión Titular y la Suplente, que se solicitó corregir y que, por supuesto, no consideraron en ningún momento aduciendo que era legal su composición. Sin pensar que no tan solo la legalidad es necesaria, que hace falta ética y estética a la hora de tomar decisiones.
Con estos mimbres, evidentemente, la cesta nunca podía salir bien. Y eso es lo que sucedió el sábado día 11 de diciembre con importantes deficiencias tanto en las conexiones como en la comunicación con el soporte técnico. Con filtraciones del examen realizado a primera hora que circuló por mensajes de telegram entre examinandos, o vídeos con el examen… todo un alarde de seguridad, imparcialidad y buen hacer!!! Y sin que ello sea en ningún caso una excusa para exculpar a quienes actuaron con tan denunciable y deplorable actitud que para nada representa a la mayoría de las enfermeras que se presentaron.
¿Tan difícil resulta tener un poco de empatía? ¿Tanto les costaba tener un poco de sensibilidad, de sentido común, de coherencia? Porque escudarse ahora con que el examen lo pusieron enfermeras y que son ellas las que decidieron cómo hacerlo, es además de una manifiesta cobardía, una clara demostración de que nunca les importó lo que se hiciera o sucediera. Para ellos era un trámite, una patata caliente que no sabían cómo sacarse de las manos sin quemarse, sin darse cuenta que se han abrasado en su intento de inhibirse.
Enfermeras a las que no tan solo han ignorado, si no a las que han atacado en su dignidad personal y profesional con su actitud zafia y su desprecio, al tratarlas como una mera instancia administrativa sin tener en cuenta lo que durante casi dos años vienen soportando en sus lugares de trabajo. Queda claro que su falsa y mediática identificación de las mismas como heroínas era una pose más para su estabilidad en los puestos. El movimiento se demuestra andando y ustedes no tan solo no avanzan si no que retroceden y en su retroceso arrastran lo que después tratan de enmendar con buenas palabras como las que trasladan en el Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria, al hacer un nuevo brindis al sol cuando hablan de dar valor a las enfermeras comunitarias. ¿Esta es su manera de hacerlo?
Si tuviesen, o les quedase un mínimo de vergüenza dimitirían. Pero mucho me temo que al igual que el verbo planificar el dimitir no saben conjugarlo y por ello no son capaces ni de planificar ni de dimitir.
No se han parado tampoco a pensar que las enfermeras que querían acceder a la especialidad lo hacían por ilusión y orgullo de tener el título, pues el mismo no les otorga ningún privilegio ni laboral ni económico. Pero ni tan siquiera esto son ustedes capaces de identificar en su soberbia político administrativa. Van a pasar a la memoria colectiva como los causantes de una afrenta sin precedentes que estoy convencido no hubieran sido ni tan siquiera capaces de pensar hacer para con otros profesionales. ¿Qué les hemos hecho las enfermeras para que se ceben de esta manera con nosotras? ¿Tanto les molestamos?
Por lo que respecta a las enfermeras, aprovechar esta ocasión para desenterrar el hacha de guerra e iniciar un nuevo proceso de caínismo, sería un gravísimo error que no podemos ni permitirnos ni tolerar. Por una parte, lo que haya sucedido no puede ni debe imputarse a las enfermeras que han asistido con paciencia infinita a que llegase esta prueba. La forma en que se ha desarrollado es única y exclusivamente responsabilidad de quienes tenían la competencia y la capacidad, al menos en apariencia, de hacerlo, es decir, los responsables de los ministerios de sanidad y universidades. Por otra parte, atacar a las Sociedades Científicas o pretender que sean las únicas que solucionen este desastre es una irresponsabilidad que tampoco debemos consentir que suceda. La madurez de una disciplina está directamente relacionada con la fortaleza de sus sociedades científicas y dicha fortaleza se obtiene con la incorporación, en este caso de enfermeras comunitarias a dichas sociedades científicas. Exigir, reclamar, reivindicar desde fuera que actúen, tan solo obedece a una absoluta y reprochable falta de implicación y compromiso que tiene una sencilla y necesaria solución. De las enfermeras depende.
Esta es una opinión personal y no representa, ni hagan intención de relacionar, con la Sociedad Científica a la que me honro en presidir y a la que también han ninguneado y atacado con su mísera actitud, sea esta por acción u omisión, pues en ambos casos es imperdonable, criticable y merecedora de consecuencias que vayan más allá de nuevas, pero falsas palabras con las que tan solo pretendan ocultar sus miserias.
Hoy que aventuraba podía ser un día alegre y de celebración, lo han convertido en un mísero recuerdo que perdurará durante mucho tiempo en nuestra memoria y del que nos costará desprendernos gracias a su patética y mediocre gestión de algo que llevaba pendiente más de 10 años. Este es su legado político. Como para sentirse orgullosos.
Para rematar tan lamentable actuación, el próximo día 20 se ha montado un acto en el Ministerio de Sanidad, me temo que más por el interés y la presión de quienes han sido portavoces del movimiento Nursing Now que por interés e iniciativa del propio Ministerio y sus máximos representantes, en el que nuevamente oiremos cantos de sirena, elogios, alabanzas, halagos, dichos con palabras tan grandilocuentes como huecas de sentimiento y emoción. Se apresurarán a ponerse medallas por lo mucho que están trabajando por la enfermería y las enfermeras. Nos deleitarán con un rosario de propuestas y de acciones que tan solo serán reconocidas por quien las traslada. Nos prometerán el cielo si hace falta. Y todo ello mientras la Atención Primaria languidece o se lleva una muerte segura, se ataca a la enfermería y a las enfermeras con permanentes olvidos o directamente con decisiones que limitan o anulan su desarrollo. Ignorando los cuidados profesionales que han hecho posible que la pandemia que estamos pasando se haya afrontado con un éxito que está muy lejos de lo que su gestión ha permitido. Nos volverán a aplaudir sin convicción pero con oportunismo. Un Nursig Now que la pandemia ha permitido al Ministerio y a otros muchos responsables sanitarios y políticos, ocultar sus miserias y su falta de voluntad para visibilizar a las enfermeras. Para ellos Enfermería Ahora sigue siendo Enfermería Nunca.
¿Irán al Ministerio a congratularse por haber celebrado la prueba extraordinaria?
¡¡¡Son capaces!!!! Por qué no, ¿verdad?
[1] Abogado, activista contra el apartheid, político y filántropo sudafricano que presidió el país de 1994 a 1999.
Fabuloso articulo de reflexion y verdades como puño.
Totalmente de acuerdo con esta reflexión salvo en un punto. Estoy seguro que detrás está la mano de especialistas empeñados en evitar a toda costa que aquellos que los formaron accedan a la especialidad. El tufo al conflicto MESTOS, con tortas, literales, en los pasillos de los hospitales y de los centros de salud, se va a convertir en hedor insoportable.En Galicia ya se han reconvertido plazas y hay un concurso específico para especialistas, antes de celebrar el examen, y aquí no pasa nada. Quizá haya que tomar ejemplo de los trabajadores del metal y echarse a las barricadas. Ellos lo consiguieron en dos semanas.
Pienso que el café para tod@s degrada la titulacion, la experiencia se convierte en grado cuando somos capaces de producir e inovar ciencia y crear valor añadido a nuestro compromiso con la sociedad . Una prueba test nos da competencia, inovacion, y liderazgo?. No lo creo