
«La salud mental no es un destino, sino un proceso. Es algo en lo que tienes que trabajar constantemente»
Noam Shpancer[1]
La salud mental está de moda. Esta afirmación puede parecer una frivolidad y una falta de respeto, sobre todo, para quienes sufren problemas, precisamente, de salud mental.
No es mi intención, desde luego, menospreciar, ni ridiculizar la salud mental ni mucho menos a quienes tienen problemas con la misma Considero que es algo muy serio.
Pero, precisamente por eso, digo que la salud mental está de moda. Aunque debería de precisar y decir que para algunos lo está. Y lo está simple y llanamente por una cuestión de oportunismo e interés. Porque realmente no les interesa ni les importa la salud mental. Pero han encontrado en ella un filón dado el interés social que despierta y la alta incidencia que, sobre todo desde la pandemia de la COVID 19, ha adquirido en amplios sectores de población.
Sin embargo, el problema, con serlo, no es realmente la salud mental, sino el uso, la utilización, la perversión que de la misma se hace y que conduce a tomar decisiones que están muy alejadas de lo que es y supone verdaderamente la salud mental.
Porque hablar de salud mental cuando el aumento de psicofármacos en España sigue aumentando situándonos a la cabeza de consumo a nivel internacional, cuando las intervenciones se centran casi exclusivamente en aspectos psiquiátricos, cuando la promoción de la salud y la prevención de problemas sigue siendo residual o anecdótica, cuando la identificación de profesionales para afrontar la salud mental se circunscribe a psicólogos y psiquiatras con abordajes meramente clínicos y farmacológicos, cuando no se tiene una visión integral, integrada, integradora, comunitaria e intersectorial de la salud mental … no tan solo no soluciona los problemas de salud mental, sino que contribuye a que cada vez sea más difícil de controlar.
Porque la solución, no pasa por hablar mucho de salud mental intentando trasladar que se tiene interés, por lanzar mensajes vacíos e irresponsables, por utilizar eufemismos que esconden una realidad compleja y dolorosa, por anunciar respuestas que no se sustentan en el rigor científico… la respuesta, que no la solución, pasa por hacer un diagnóstico de la situación a nivel comunitario que permita identificar y priorizar las intervenciones y quiénes tienen la mejor aptitud y actitud para llevarlas a cabo con eficacia y eficiencia. No hacerlo nos posiciona, como a Sísifo[2] o Penélope[3], en un trabajo y esfuerzo infinitos con nulos resultados.
Así pues, mientras se siga sin contar con las enfermeras especialistas en salud mental y su articulación con las enfermeras especialistas en comunitaria, desde esa visión medicalizada y farmacológica que impregna al sistema sanitario y se mantiene por intereses corporativistas, para afrontar unos problemas que requieren de cuidados profesionales como la mejor respuesta terapéutica posible. Respuesta que, además, contribuiría a racionalizar, la necesaria atención de psicólogos y psiquiatras desde una perspectiva de trabajo transdisciplinar y no desde la derivación y el aislamiento disciplinar y social que se plantea.
Porque esa visión reduccionista, torpe y mediocre que, sobre un tema de tanta importancia como la salud mental, muestran las/os políticas/os conduce a tomar decisiones como la tomada por el Gobierno de Carlos Mazón en la Generalitat Valenciana. Trasladándonos a un tiempo pretérito que se abandonó, por cruel, ineficaz y estigmatizante, el modelo de manicomios, que ahora se trata de recuperar disfrazándolo de apuesta valiente y moderna. Apuesta que, realmente, obedece a una estrategia para desviar la atención de la nefasta gestión llevada a cabo en la DANA la cual, más allá de las muertes, las pérdidas económicas, las mentiras y los engaños, está generando un impacto impresionante en la salud mental de las personas, las familias y la comunidad que, en ningún caso se soluciona con la puesta en marcha de un manicomio, por mucho que, eufemísticamente, se denomine “complejo de salud mental”. Lo realmente complejo es la salud mental. Por tanto, que no hablen de salud mental cuando realmente están pensando y actuando en enfermedad mental, en una nueva y patética muestra de irresponsabilidad que atenta a la dignidad humana de las personas con problemas de salud mental, a la de sus familias y a la de la comunidad en su conjunto[4].
[1] Profesor de psicología en la Universidad de Otterbein en Ohio
[2] Sísifo le contó lo que había visto. Con lo cual se atrajo la tenaz furia de Zeus que lo envió al infierno. Allí se le castigó para siempre a empujar una roca hasta la cima de una montaña y ver que antes de llegar rodaba hasta el lugar de la partida.
[3] Tras la marcha de Odiseo a la guerra de Troya, Penélope estuvo tejiendo un sudario y prometió a los hombres que la cortejaban que, cuando lo terminase, elegiría pretendiente. Para evitarlo, destejía de noche lo que había tejido de día.
[4] https://www.informacion.es/alicante/2025/03/04/consell-aprueba-cesion-doctor-esquerdo-generalitat-salud-mental-114923649.html