Hoy las noticias me han sorprendido con una información que no deja de ser, cuanto menos, merecedora de comentar.
La cadena SER difundía que la Comunidad de Madrid está trabajando para regular la prescripción de deporte por parte de los médicos de atención primaria, así como de dietas y nutrición que se alejen de los productos que se ofrecen en las máquinas expendedoras.
No seré yo quien, por supuesto, ponga en duda que la actividad física, más que el deporte, y una nutrición adecuada son fundamentales para mantener una vida saludable. Sin embargo sí que pongo en duda que tengan que ser los médicos en exclusiva y a través de una regulación que, casi con toda seguridad, blinde dicha prescripción para que nadie más la pueda hacer sin incurrir en “grave intrusismo”.
Dice el diccionario que la avaricia es el afán de poseer muchas riquezas por el solo placer de atesorarlas sin compartirlas con nadie. Y eso es lo que parecen tener los médicos al tratar de conseguir la exclusividad de una prescripción que vienen realizando otros profesionales desde hace mucho tiempo con competencias posiblemente mucho más específicas para ello como fisioterapeutas, nutricionistas, enfermeras, graduados en ciencias de la actividad física y el deporte…