UN MARCO PARA 17 FOTOS CON MÚSICA DE MECANO

El pasado día 11 de septiembre se presentó en el Ministerio de Sanidad la Oficina Ejecutiva del Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria. Un paso más en el camino que, el actual equipo ministerial en funciones, ha decidido llevar a cabo a pesar de todos los inconvenientes, barreras, incertidumbres, dudas, impedimentos… que ha generado en algunos colectivos profesionales, por razones corporativistas, y en algunas Comunidades Autónomas, por simple revanchismo político. Pero a pesar de todo el proceso sigue su curso y ahora de lo que se trata es de que todas las partes miren por el bien de las personas, las familias y la comunidad y no tan solo por el bien particular, corporativo, partidista o interesado. No se trata de quién se pone la medalla, sino de quienes logramos que la Atención Primaria y Comunitaria sea, realmente el ámbito de atención, el contexto de participación, el espacio de transdisciplinariedad… que se necesita para lograr la adecuada intersectorialidad y equidad que se requiere.

Sea como sea, el caso es que el Marco está y la Oficina para desarrollarlo también. Ahora toca que no quede tan solo en gestos, fotos, intenciones y expectativas. Pero para ello hace falta que todos los implicados asumamos que no podemos ni debemos esperar a que sean otros los que hagan los deberes. Todos tenemos deberes y todos debemos de hacerlos de la mejor manera posible para lograr un resultado óptimo que permita configurar una Atención Primaria y Comunitaria amplia, abierta, participativa, eficaz, eficiente, accesible, resolutiva, cercana y saludable.

Está claro que en este cometido todos debemos arrimar el hombro y hacerlo de manera generosa y humilde, tanto en el trabajo aportado como en la disposición para con todos. Remar todos en una misma dirección y hacerlo sin protagonismos tan innecesarios como perjudiciales. Y todo ello sin que signifique que no podamos discrepar, todo lo contrario. Discrepar es bueno, siempre que se haga desde el análisis, la reflexión, el pensamiento crítico y la disposición al diálogo y al consenso.

Pero el Marco Estratégico debe recoger las “fotografías” de los 17 servicios de salud existentes en España para que queden expuestas y a la vista de todos en la Oficina donde se quiere impulsar y también en cualquier rincón donde pueda ser visible. Para ello es necesario que las correspondientes administraciones dejen de utilizar la salud y la sanidad como arma arrojadiza contra el contrincante político y se dediquen a adaptar su particular foto autonómica a la realidad de su contexto sin que desentone con el conjunto. La diversidad y especificidad de cada una de ellas tiene que configurar finalmente una imagen de conjunto en el que no haya distorsiones, ni retoques artificiales que traten de enmascarar la realidad. Para ello será preciso acordar el enfoque, la luminosidad, el brillo, los detalles, la profundidad… que permitan resaltar lo mejor de cada una de las fotografías y configurar un conjunto armónico, atractivo y real que se recoja en el Marco elegido. Las/os fotógrafas/os (consejeras y consejeros de salud), por lo tanto, deben tener claros los parámetros a emplear en sus respectivas fotografías y no querer convertir las mismas en carteles publicitarios engañosos e interesados. Al fin y al cabo, se les han encargado las fotografías para que recojan la realidad, por compleja que esta sea, no para que se luzcan con filtros, retoques o trasformaciones. De ellas/os se espera, por tanto, que sepan captar y aportar esas imágenes.

Pero, sin duda, en la realización de esas fotografías no tan solo intervienen las/os fotógrafas/os, sino que existen una gran cantidad de personas que participan activamente para lograr la fotografía deseada.  Y sin duda las enfermeras tenemos un papel muy importante en la realización de las fotografías. Bien sea acompañando al/la fotógrafo/a en puestos relevantes o bien sea como parte indispensable del escenario a fotografiar.

En el primero de los casos, si lo son como enfermeras que ocupan puestos relevantes, tienen la responsabilidad de que todos los aspectos relacionados con los cuidados y la salud comunitaria queden adecuadamente combinados, resaltados, compuestos, iluminados… para que puedan ser identificados, valorados y registrados en la foto final junto al resto de aspectos, componentes y participantes del escenario a fotografiar.

En el segundo de los casos, las enfermeras comunitarias, deben posicionarse para no quedar ocultas, voluntaria o involuntariamente, en el escenario o tras otros protagonistas de la foto. Deben hacerlo además sin que su imagen acabe por ocultar lo verdaderamente importante, el contexto que se pretende recoger en la fotografía. No se trata de figurar, sino de ser visibles sin que dicha visibilidad suponga, en ningún caso, eclipsar la realidad. Finalmente, la imagen captada tiene que aportar la suficiente credibilidad a quien la visione y el necesario equilibrio con el resto de fotografías.

Las personas, las familias y la comunidad deben formar parte imprescindible de dichas fotografías y poder identificar claramente en las mismas los detalles que les trasladen, seguridad, confort, empatía, humanidad, tranquilidad, calidad y, sobre todo, la necesidad sentida de formar parte de dicho escenario, es decir, que no se sientan como figurantes, sino implicados e imbricados en el mismo, junto a todos los participantes.

Serán muchos los disparos que deberán hacerse para poder obtener la fotografía deseada. Pero eso no debe ser un inconveniente sino una constante en la búsqueda de la fotografía que mejor refleje la realidad de cada uno de los contextos, para que puedan situarse de manera ordenada y estable en el Marco elegido.

En cualquier caso, sabemos que las fotografías recogen un momento, una instantánea, una composición que responde al momento en el que se hace, pero que en ningún caso puede pretenderse que la misma vaya a responder a una realidad tan dinámica como cambiante. Es por ello que la alternancia de fotografías en el Marco debe ser una constante, lo que supone tener que estar permanentemente alertas para recoger, en cada momento, lo más importante. De ahí que no se trate de un posado tan poco natural como irreal, sino de captar aquello que de sentido al Marco en el que van a ir situándose. Por lo tanto, no se trata tanto de que cada cual genere su propio Marco, que finalmente tratará de destacar del resto, sino de situarse todos en el mismo, el de todos.

            Al margen de la metáfora fotográfica y volviendo a la realidad que tanto nos preocupa y a veces asusta, debemos tener clara nuestra responsabilidad como enfermeras. No descubro nada si digo que las enfermeras estamos en disposición de dar las mejores respuestas a lo que la sociedad necesita en general y en la Atención Primaria y Comunitaria en particular. No de forma exclusiva e independiente, pero si desde la especificidad de nuestras competencias y la autonomía de nuestra ciencia. Para ello tenemos de tener claro que nuestra aportación debe llevarse a cabo allá en donde mejor podamos hacerlo y no en donde consideremos que vamos a estar, aparentemente, más cómodas. Porque si finalmente de lo que se trata es de encontrar nuestra zona de confort en lugar de aportar la mayor calidad de cuidados en base a nuestra capacidad y capacitación, estaremos fracasando y decepcionando como enfermeras. Este comportamiento nos conducirá indefectiblemente a la pérdida de valor, a la ausencia de reconocimiento y a la mediocridad profesional. La Atención Primaria y Comunitaria que pretende recoger el Marco Estratégico necesita de enfermeras comunitarias competentes, capaces, motivadas, implicadas y comprometidas en el desarrollo de un nuevo paradigma.

            Pero el análisis no quedaría completo si no se identificasen las dificultades, barreras e inconvenientes que el sistema en general y los diferentes servicios de salud en particular, propician con unas decisiones que no responden a las necesidades de la sociedad sino a las de determinados colectivos u organizaciones con intereses exclusivamente personales u organizacionales. No es lícito que para tratar de responder a la precariedad de determinados puestos de trabajo en el hospital se recurra a una fuga en estampida hacía la Atención Primaria con el objetivo exclusivo, en la mayoría de las ocasiones, de incorporarse en un escenario de aparente tranquilidad y confort que no obedece en ningún caso a la realidad.

Por otra parte, como ya he comentado en más ocasiones los responsables de los servicios de salud, pero también de las enfermeras, deben plantearse, de una vez por todas, la necesidad de definir perfiles específicos de puestos de trabajo enfermeros que respondan a las necesidades de los mismos y que requieran, por lo tanto, de competencias especiales y específicas para poder ocuparlos y no tan solo de antigüedad en la organización como si la misma fuese garante suficiente de competencia profesional. Las enfermeras deben dejar de ser el peón que cantaba Mecano y que decía “Negro, bajito y cabezón Sólo pude ser peón de negras Lo más chungo en ajedrez” Ya no somos lo más chungo en el servicio sanitario. Ya hemos dejado de ser aprendices de todo y maestros de nada. Ya no servimos para un roto y un descosido. Pueden y debe haber enfermeras generalistas que trabajen en equipo con enfermeras especialistas, pero en ambos casos deben hacerlo en aquellos puestos para los que estén más preparadas y sean más competentes. No hacerlo es una clara irresponsabilidad de las administraciones y sus representantes. Consentirlo es una clara irresponsabilidad de las enfermeras y sus representantes. Y para ello no creo que sea necesario seguir la letra de Mecano “Pero, de peón La única salida es la revolución”. Creo que el sentido común, la planificación, la responsabilidad, la competencia, la ética… deben imponerse para facilitar que el tablero en el que se sitúen las fichas deje de ser un juego de buenos y malos, de importantes y secundarios, de clases y clasismos, de ataques y muertes, vencedores y vencidos, de conspiraciones y jaque mate, para pasar a ser un espacio de colaboración, trabajo en equipo, responsabilidad… porque la salud no es en ningún caso ni un juego ni un trofeo y todos aquellos que intervienen en su promoción, mantenimiento o recuperación deben abandonar la revolución y dedicarse a la evolución.

Pretender que el Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria sea un éxito sin abordar estos planteamientos con el rigor y la seriedad que precisan es tanto como tratar de construir un edificio en un terreno de arenas movedizas. Se puede iniciar la construcción, pero, más pronto que tarde, los cimientos cederán y se caerán, y con ellos las ilusiones y expectativas de todos cuantos habían creído, una vez más, que el cambio era posible. Y ya no estamos para vivir en cabañas, con el cambio climático que nos acecha.

Volviendo al mítico Mecano no hagamos como cantaban “porque a ninguno le interesa escuchar. Aunque en foto aparentemos más somos sólo tres polillas” Porque a todos nos interesa escuchar y porque no somos solo tres polillas sino todo un colectivo, el de las enfermeras, que debemos sentirnos orgullosas de serlo y de hacer lo que hacemos, pero en donde verdaderamente y no por egoísmo podamos hacerlo con plenas garantías. Solo así lograremos salir en la foto con la claridad y la posición que nos corresponde.

A ver, ¿preparados?… vamos a disparar!!!!