Cecilia Rita RE
Dra. en Pensamiento complejo, filosofía
Master en Cs. de la Educación, ort. FADA
Lic. en Enfermería
Las competencias o habilidades tienen relación directa con el diseño curricular y la formación continua del personal de enfermería. Las competencias incluyen valores y actitudes fundamentales para el ejercicio profesional. Estas deben ser evaluadas por la Orden o el Colegio profesional, cada cinco años, para asegurarle al público la actualización de los conocimientos y de las competencias de sus miembros, calificándolos para un ejercicio eficiente y eficaz en sus intervenciones.
Las competencias no son rígidas, sino que se tiene en cuenta las particularidades psicológicas y motrices individuales que hacen a la personalidad. Es la individualidad que diferencia y hace el éxito en un dominio y en una especialidad. Ellas revelan el dominio de los conocimientos, de las habilidades y de los hábitos. Destacan a una enfermera sobre otra en la ejecución de un mismo acto o actividad, impregnada con valores, actitudes y virtudes. Sin embargo, para el ejercicio, se exige un común denominador que viene a normatizar las competencias mínimas. Una enfermera necesita un adecuado equilibrio entre tres áreas fundamentales para las competencias profesionales como son:
El Saber Ser: valores, creencias, convicciones y actitudes, las que deben estar acordes a las de la profesión. Cuantas más cercas estén las escalas individuales a las de la profesión (Yo personal) mayor perfección habrá en la realización de su rol (Yo profesional).
El Saber-Saber: conocimiento, comprensión, inducción, deducción, análisis, síntesis, inferencia y transferencia. Sin habilidades intelectuales y de transferencia teoría -práctica, se comenten graves errores de todo tipo. Para transferir, hay que estar en posesión del conocimiento. Este proviene de la aplicación volitiva disciplinada en la búsqueda incesante de la perfección de su ser y de comprender y explicar la realidad. Involucra la necesidad de verdad en el ser de la enfermera.
El Saber -Hacer: habilidades técnicas, diagnósticas y terapéuticas. La desteridad, la coordinación mano-ojo, el dominio del motor fino y los buenos reflejos, son necesarios para el ejercicio profesional.
El acto del cuidado se sustenta en las habilidades personales, interpersonales, sociales, clínicas, técnicas, intelectuales y conductuales. Las competencias de enfermería están diversificadas y se les encuentra en todas las esferas de la actividad relacionada con la salud.
Los enfermeros cuidan, educan, aconsejan, dirigen, filosofan, teorizan y también investigan (competencias holísticas). Ejecutan técnicas acompañadas de calor humano y de la simplicidad en el contacto y en la comunicación.
La relación entre problemas y competencias radica en que estas son necesarias para valorar, tratar y evaluar los problemas bio-psico-sociales y espirituales de diferentes binomios, directamente, primer aspecto de preocupación, el enfermera-cliente, llevado al Proceso de Atención de Enfermería (PAE) o Plan de Intervención Terapéutico Enfermero (PITE). Los otros binomios básicos donde se generan problemáticas son el enfermera-enfermera, enfermera-equipo de salud, etc., dentro de un contexto.
Diferencia entre problema y diagnóstico de enfermería
Es un error decir que hay similitud entre problema y diagnóstico de enfermería. Las similitudes se encuentran en el proceso de solución o de resolución de problemas y el proceso de enfermería, el que soluciona problemas clínicos y los evita, del cliente, familia y comunidad, compartiendo ambos pasos o etapas.
El Diagnóstico de Enfermería (DEx) es el resultado de una síntesis intelectual, es un razonamiento crítico con contenido ético, pues busca Hacer el bien y Evitar el mal, y, como consecuencia, tiene contenido moral, al ejecutar las intervenciones que se seguirán a partir de su enunciado.
El DEx es un juicio clínico que habilita un tratamiento enfermero. Para llegar a un diagnóstico correcto, se realizan momentos especulativos y otros de orden practico. Se aplican operaciones mentales como el análisis, la generalización, la abstracción, la inducción y la deducción de la información, que, junto a los conocimientos bio-psico-sociales y espirituales, más los clínicos, científicos y éticos, permiten arribar al DEx y establecer una proposición de tratamiento.
A partir del DEx profesional, se estructura la intervención, priorizando su actuación según las necesidades del cliente. Estas intervenciones deben ser, en primer lugar, las independientes, pues conciernen solo al cuidado profesional y es por eso que existe el puesto de enfermería y su paga.
Luego, se consideran las acciones interdependientes o de colaboración hacia los otros profesionales del equipo de salud. Estos, no permanecen las 24 horas al lado del cliente. Necesitan de la vigilancia, del control y de la información suministrada por la enfermera para continuar con sus propios tratamientos. Estos profesionales, también delegan su autoridad y responsabilidad profesional en el pedido de realización de alguna tarea a la enfermera. Al haber delegación, hay traspaso de responsabilidad ética y legal y, por esto, enfermería debe recibir una remuneración, dado que reemplaza al profesional de origen que delega.
El CIE clasifica los cuidados en autónomos y en colaboración. Este punto desliga los problemas profesionales permitiendo ser abordados y tratados por enfermería de manera autónoma o en colaboración, facilitando la actuación en el mundo sanitario asistencial. Por otro lado, brinda una aproximación descriptiva que facilita, en el mundo científico, la investigación de problemáticas.