CÓMO ADQUIRIR EL LIBRO ENFERMERAS COMUNITARIAS

Quienes quieran adquirir este libro pueden hacerlo enviando al siguiente correo electrónico: josera.ferranna@gmail.com el comprobante de transferencia bancaria por un importe de 12 € a la siguiente cuenta bancaria ES76 1465 01 00931735412857, poniendo en el motivo: Petición Libro «Enfermeras Comunitarias» e indicando nombre y dirección de envío. En el precio están incluidos los gastos de envío, salvo para envíos fuera de España, que serán de 15€ más del precio del libro.

Lo recogido en este libro es la recopilación del blog “Enfermeras Comunitarias”, que pretende ser un lugar en el que reflexionar y compartir ideas, pensamientos, vivencias y experiencias sobre las enfermeras comunitarias y la Enfermería Comunitaria. Mis años como enfermero comunitario en la atención, la gestión, la docencia y la investigación, me permiten tener una visión amplia de la enfermería comunitaria y de su evolución, desde su incorporación en el denominado nuevo modelo de Atención Primaria allá por el año 1985, con la puesta en marcha de los primeros centros de salud. El ser testigo, por tanto, de ese recorrido me ha permitido acumular una gran cantidad de vivencias que, en muchos casos, fui plasmando en diferentes reflexiones, unas publicadas y otras no, que fui compartiendo en el blog y que ahora traslado en este libro. Siempre he pensado que lo que seamos y queramos ser como enfermeras depende de nosotros y para ello debemos construirlo en base al análisis la reflexión y el debate.

MALVERSACIÓN

Redacción Médica en su edición de hoy día 7 de octubre publica el siguiente artículo: “¿Debe delegar el médico todos los cuidados en enfermeras o auxiliares?”

El Señor Ignacio Poblador, vicepresidente de la Coordinadora de Médicos Internos Residentes (Comir), entre otras lindezas ha manifestado “en muchas ocasiones delegamos esta tarea en otros estamentos profesionales (Enfermería, auxiliares) e incluso en los familiares» y, en su opinión, «esta labor nos correspondería a los médicos, al menos una parte de ella»

Ante esta manifestación cabe aclarar primero y contestar después.

Cuando el Sr. Poblador dice que se delega esa tarea, refiriéndose a los cuidados, demuestra una clara ignorancia de lo que son y significan los cuidados, porque desde luego, no son tareas. No es momento ni lugar para ilustrar al vicepresidente de COMIR sobre Cuidados, pero sí al menos que sepa diferenciar entre funciones, tareas, competencias…

Asimismo afirma en sus declaraciones que “en muchas ocasiones delegamos esta tarea en otros estamentos profesionales (Enfermería, auxiliares) e incluso en los familiares». De nuevo demuestra este señor su total ignorancia. Enfermería es ciencia, profesión o disciplina y como tales no se les puede delegar nada, porque nada pueden hacer. Quienes prestan cuidados de calidad son las enfermeras a quienes no hace falta que se les delegue nada porque los cuidados son su seña de identidad profesional y disciplinar desde siempre y como tal los planifican y prestan con plena autonomía. Por su parte las auxiliares lo son de Enfermería y junto a las enfermeras gestionan y prestan los cuidados.

Cuando en tan lapidaria como desafortunada frase remata diciendo que «esta labor nos correspondería a los médicos, al menos una parte de ella», está, posiblemente sin pretenderlo, haciendo un intento de reivindicación de los cuidados al decir que les correspondería. Y al hacerlo está cometiendo una malversación sanitaria al intentar apropiarse de algo que estando a su disposición no les corresponde.

La frase la culmina, en un ejercicio de total soberbia, diciendo “…e incluso en los familiares”, lo que denota además de la ignorancia comentada un desprecio absoluto hacia quienes asumen el 80% de los cuidados. Cuidados que además se han intentado usurpar, precisamente por quienes ahora los reclaman con tanta vehemencia como torpeza, durante los últimos 50 años en los que se determinó que “el médico” era el único valedor de la salud y la enfermedad, lo que significó que se diluyesen en el tiempo los saberes populares que a través de los cuidados habían servido durante siglos para atender a los familiares en sus casas.

Pero todo esto se hubiese evitado si, por ejemplo, se hubiese leído la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) y de manera muy especial el Artículo 7, donde se recoge muy claramente de quien son competencia los cuidados.

No deja de ser curioso la avalancha de despropósitos con los que últimamente se están despachando diferentes sectores del colectivo médico en los que, no sé muy bien por qué, están recuperando el discurso de las décadas de los años 80/90 en las que veían fantasmas donde tan solo existían profesionales comprometidas, motivadas y altamente preparadas.

Coincido, sin embargo tan solo en parte, cuando el Señor Poblador dice «falta información formal sobre la importancia de los cuidados dentro de la sanidad». Es cierto que los cuidados no están institucionalizados y no se les da el valor que los mismos tienen. Dicho lo cual hay que señalar que los primeros que nunca han dado valor, ni visibilización, ni reconocimiento a los cuidados han sido los médicos, que los han situado mayoritariamente en el ámbito de lo doméstico. Tan solo ahora que las enfermeras han logrado que los cuidados sean identificados con el valor científico y social que tienen, es cuando se reclaman de manera peregrina y sin argumentos como acción exclusiva de los mismos, como vienen haciendo con la actividad física, la alimentación, el duelo… en una clara muestra de absolutismo.

Los cuidados trascienden a su intento colonizador y fagocitario. Los cuidados enfermeros son responsabilidad tan solo de las enfermeras y los cuidados familiares lo son de las personas y sus familias a través del autocuidado que es asumido a través de los cuidados que las enfermeras prestan para lograr que sean personas autónomas y responsables de sus propias decisiones, de tal manera que no tan solo puedan recuperar la salud y atender sus procesos de enfermedad sino que logren mantener sanos a los sanos, algo que realmente les cuesta entender dado su reiterado empeño por dominarlo absolutamente todo, sin analizar y reflexionar sobre prácticamente nada. Y es que el fin, Señor Poblador, no justifica los medios.

Lo cierto es que tan solo a través del trabajo transdisciplinar seremos capaces de dar la mejor atención a las personas a las que atendemos. Cada cual aportando lo que sabe y tiene competencia para ofertar y no malversando aquello que alguien considera que le es propio por el mero hecho de tenerlo próximo y creerse con el poder absoluto para hacerlo.

Publicado en Redacción Médica el 07/10/2019 https://www.redaccionmedica.com/opinion/malversacion-6702

DE PRESIONES, PODER Y TRAICIONES

Nunca pensé que una Resolución como la de la acreditación de las enfermeras para para la indicación, el uso y la autorización de la dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano diera para tanto, ni que llegara a despertar tanta pasión en contra.

            A pesar de lo dicho hasta ahora y a pesar también de que me dije a mi mismo que no iba a escribir más sobre el asunto, no puedo mantenerme al margen no ya de la polémica, que la considero totalmente artificial, interesada, manipulada y mediática, sino de la hipocresía y cinismo con el que algunos sectores muy concretos de la clase médica se está comportando al respecto.

            Quiero resaltar que estoy convencido de que, a la mayoría de los médicos, este tema no les genera el más mínimo temor. Y no se lo genera porque piensan, analizan y actúan con inteligencia y coherencia, además de conocer la realidad asistencial.

            Pero, hay una mínima parte que desde los puestos de representatividad que ostentan hacen un uso de los mismos que no se corresponde con lo que deberían hacer ni en muchos casos con lo que de ellos se espera que hagan.

Sin ir más lejos ayer un medio de comunicación daba pábulo a las declaraciones que desde uno de estos sectores se hacía al respecto. Y lo hacía con este titular “Los facultativos critican que la medida responde a «presiones de organizaciones enfermeras para asumir poder»”. Y es que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Porque en días anteriores y también con gran despliegue en los medios, por parte de estos mismos señores (porque son casi todo hombres), trasladaban a la opinión pública su preocupación por el riesgo que corrían al tener que someterse a la peligrosa, insensata e ilegal prescripción enfermera, en una escenificación tan falsa como histriónica, victimista y sobre todo perversa. Y sin embargo al final sale a la luz el verdadero temor, ¡la pérdida de poder por presiones de organizaciones enfermeras! Eso es lo que les preocupa a estos sectores que dicen representar a una profesión, la médica, que seguro tiene problemas mucho más importantes en los que ocupar el tiempo, el esfuerzo y los recursos que manejan.

Para empezar cabe decir que el poder del que ellos hablan a las enfermeras no nos interesa. Ese supuesto poder que ocupan y que defienden como si en ello les fuera la vida, es “su poder”. Nosotras, las enfermeras, tenemos claro que nuestro ámbito de influencia, que no de poder, está con la Comunidad y no en sustitución de la misma. No queremos ejercer ni ocupar ningún poder, porque el poder lo tiene la comunidad. Nosotras, como enfermeras, queremos acompañar a las personas, las familias y a la propia comunidad para que tomen sus propias decisiones. Sin presiones, sin temores, sin miedos, sin deidades. Si es ese al poder al que se refieren, les diremos que no es que lo queramos ocupar es que ya lo ocupamos. Su poder es suyo y no se preocupen que no lo deseamos, como no deseamos quitarle su prescripción médica. A no ser que el poder que tanto temen perder sea otro.

Posiblemente problemas que no pueden o no saben resolver quedan ocultos en la cortina de humo que están generando con la denominada prescripción enfermera. Les ha venido muy bien que se firmara esta Resolución para tener una cabeza de turco en la que descargar su ira, la Consellera, y un debate estéril, alarmista, tergiversado, interesado, demagógico y oportunista con el que tapar posiblemente otras carencias, al tiempo que arremeter contra las enfermeras con descalificaciones y mentiras sobre nuestra capacidad competencial.

Y en cuanto a las presiones pues no se puede decir nada a quienes son verdaderos artistas en ejercerla. Tan solo hace falta ver cual está siendo la difusión en los medios de comunicación de su denuncia y los espacios que ocupan en comparación con el ocupado por las respuestas que, desde sectores enfermeros, se hacen al respecto. Cada cual que saque sus propias conclusiones.

Pero no contentos con las presiones a medios, enfermeras y la propia consellera, las ejercen contra quienes consideran disidentes, tránsfugas o traidores a su cruzada y de su propia disciplina.

Tal es el caso de Mercedes Hurtado Sarrió, Presidenta del Colegio de Médicos de Valencia, que ayer mismo tuvo la “osadía” de no acudir a una reunión convocada por el Consejo Médico Valenciano, tras lo que se emitió la siguiente información “Esta tarde estaba convocado el Consejo Médico Valenciano al que el colegio de médicos de Valencia se ha negado a acudir renunciando así a defender a la profesión médica frente a los ataques recibidos por la consellera de sanidad. Mercedes Hurtado deberá explicar por qué no atiende a las reivindicaciones de los médicos y prefiere apoyar a la administración y sus ilegalidades”.

Toda una declaración de intenciones a una decisión de la Presidenta del Colegio de Valencia que es considerada como “negativa” que interpretan como renuncia y por tanto traición a la profesión médica. No satisfechos con las infundías, pasan a la amenaza exigiendo explicaciones. Para terminar con la acusación de traición por supuestamente apoyar “ilegalidades” que se supone corresponden a la Resolución, que precisamente es un documento legal. Sin desperdicio!!!

Con independencia de las razones que hayan asistido a la Presidenta del Colegio de Médicos de Valencia a no acudir a la citada reunión del Consejo Médico Valenciano, me merece todos los respetos y considero que sus razones tendrá para ello. Pero sobre todo considero que es muy grave que se hagan este tipo de acusaciones y descalificaciones por el simple hecho de pensar diferente al pensamiento único que quieren establecer como disciplina a seguir.

La historia está llena de pensadores que fueron perseguidos, insultados e incluso torturados o sacrificados por el simple hecho de pensar diferente a la verdad oficial y plantear otra verdad. Miguel Servet, Giordano Bruno, Wiliiam Tyndale, Copérnico, Kepler, Descartes, Galileo, son algunos ejemplos a los que parece quererse añadir a Mercedes Hurtado por no cumplir con la disciplina del Consejo Médico y posiblemente sin ni tan siquiera haberle dado la oportunidad a que explicara el porqué de su no asistencia. Y se atreven a hablar de que son otros los que ejercen presión.

Al final, que es lo que interesa, aunque en el camino queden cadáveres, siempre aflora la verdad y los mediocres, mentirosos, déspotas, tiranos… son identificados y repudiados como tales. Pero es lo que suele pasar cuando de la mediocridad se pretende hacer virtud, que no solo no se consigue sino que se descubre.

Ya Maquiavelo recogía en su obra El Príncipe, que más vale la burla de la verdad que el mantenimiento de la misma. 

“Cuán loable es en un príncipe mantener la palabra dada y comportarse con integridad y no con astucia, todo el mundo lo sabe. Sin embargo, la experiencia muestra en nuestro tiempo que quienes han hecho grandes cosas han sido los príncipes que han tenido pocos miramientos hacia sus propias promesas y que han sabido burlar con astucia el ingenio de los hombres. Al final han superado a quienes se han fundado en la lealtad[1].”

            El tiempo pondrá a cada cual en su sitio. Esperemos que ese tiempo no se prolongue en exceso y que la coherencia, el sentido común y la verdad se instalen como elementos reguladores de la convivencia que a pesar de que a algunos les duela, no tan solo existe sino que en la mayoría de las ocasiones es fluida, cordial e incluso saludable. Lástima que existan virus tan malignos que la infecten. Pero ya se sabe que para combatir sus efectos nada mejor que vacunarse con inteligencia, respeto y educación, aunque algunos se declaran manifiestamente en contra de hacerlo. Y así nos va…

CONTINUARÁ?????

José Ramón Martínez Riera

Enfermera prescriptora

[1] Nicolás Maquiavelo. El Príncipe. Alianza Editorial, Madrid, 2017.

EXCLUSIVIDAD Y EXCLUSIÓN

Cada vez creo menos en las casualidades y más en causalidades.

El pasado viernes día 5 respondía, a través de una carta dirigida a la Señora Mª Isabel Moya García, Presidenta del Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de Alicante, a la que ella, horas antes, había enviado a la Consellera de Sanitat Universal i Salut Pública de la Generallitat Valenciana, Ana Barceló, en relación a la firma y publicación de la Resolución para acreditar a las enfermeras que están desarrollando su actividad profesional en el sistema público valenciano de salud para la indicación, el uso y la autorización de la dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano. En su carta la Presidenta del Colegio de Médicos atacaba a la Consellera por la firma de la citada Resolución al considerar que con la misma se atacaba la honorabilidad de los médicos y por, según sus propias palabras, acreditar a las enfermeras para la prescripción cuando es algo exclusivo y excluyente de los médicos.

            Pocas horas después era el sindicato médico de la Comunitat Valenciana quien en similares términos se dirigía a la Consellera acusándola de dar competencias a quienes no les corresponden, refiriéndose a las enfermeras. Así mismo, como ya hiciera su compañera del Colegio de Médicos considera que se ataca el honor de los médicos. Pero el Sindicato va más lejos y se permite utilizar a los usuarios para trasladarles incertidumbre y sospechas con el pretexto de su exclusividad prescriptora. Además el mismo Sindicato Médico, pero ahora de la provincia de Alicante, previamente había publicado diferentes mensajes en redes sociales en los que se consideraba a los responsables de tal acreditación como locos por esta decisión y se hacía, además, con imágenes escatológicas de evidente mal gusto.

            Ambos ataques son realizados por responsables de respetables organizaciones médicas alicantinas utilizando la excusa de la prescripción médica para atacar a la Consellera que es diputada por Alicante en las Cortes Valencianas y además no es médica.

            Con independencia de la libertad que les asiste y que debe ser respetada, aunque no sea compartida, de ambos dirigentes médicos, no deja de llamar la atención que sean en la provincia de Alicante donde se levantan las voces de manera tan virulenta contra esta Resolución. Como si Castellón y València no se vieran afectadas por la misma.

La utilización en ambos casos de “argumentos” carentes de cualquier base científica, jurídica o ética y la consiguiente descalificación hacia quien dicta la norma, la Consellera, y hacia quienes va dirigida, las enfermeras, evidencian una clara intencionalidad en sus acusaciones. Por una parte política, utilizando la Resolución para atacar a la Consellera, por razones que ambas partes comparten pero no explican. Y, por otra parte la profesional, atacando a las enfermeras como si fuesen el motivo de todos sus supuestos males, al identificarlas como intrusas que se aprovechan de una decisión política para usurparles competencias, generando una cortina de humo que trata de ocultar sus verdaderos problemas.

            La credibilidad de las instituciones y el respeto que hacia las mismas hay que tener por parte de cualquiera queda en entredicho en el momento en el que sus máximos responsables se comportan como hooligans de un club deportivo, cuyo interés pasa de ser el institucional para situarse en el individual. Si ellos no son capaces de mantener unas mínimas normas de comportamiento, valor y respeto hacia todos los actores que intervienen en el escenario sanitario, difícilmente van a poder tener la credibilidad que de ellos se espera. Por tanto son los principales y casi exclusivos responsables, en este caso sí que se puede y debe aplicar la exclusividad, de que las instituciones a las que representan sean consideradas con el debido respeto. Hacen, además, una utilización interesada y excluyente, en este caso también aplicable, de sus respectivos representados para fundamentar sus ataques, sin que ello suponga una defensa real a sus legítimos intereses, al no existir como fallidamente tratan de justificar, ninguna vulneración a sus derechos y honor. En definitiva se trata de un comportamiento despótico, al ejercer un abuso de la superioridad que llevan a cabo con el objetivo de provocar enfrentamiento, como si del príncipe descrito por Maquiavelo se tratase. “Un príncipe, pues no debe tener otro objeto, ni otra preocupación, ni considerar competencia suya cosa alguna, la guerra y su organización y dirección, porque este es un arte que corresponde exclusivamente a quien manda (Quod principem deceat circa militiam)” [1]

            El hecho de que hasta la fecha quien tomaba decisiones en salud era casi exclusivamente médico, nuevamente la exclusividad y la exclusión tienen sentido, ha provocado que lo decidido siempre haya beneficiado a la clase médica, que no a la sanidad, ni a la organización, ni a la propia población. Tanto porque quien lo firmaba como quien presionaba para que se hiciese eran médicos.

            Si a todo lo dicho añadimos que en general los medios de comunicación contribuyen a dar crédito inmediato a lo que ambas organizaciones les trasladan haciéndose eco de sus comunicados sin contrastarlos previamente o cuanto menos dando la oportunidad de que las partes aludidas puedan dar su versión de los hechos que se denuncian, nos encontramos ante un panorama de alarmismo, incertidumbre y manipulación de la opinión pública ante un tema tan sensible como la salud.

Si además y tal como decía Zygmunt Bauman “la verdad que libera a los hombres suele ser la verdad que los hombres prefieren no escuchar”[2] como consecuencia de la manipulación y el poder ejercido, estamos ante el mejor de los escenarios para que se siga replicando un modelo que resulta caduco, ineficaz e ineficiente y que, por mucho que se empeñen en repetir, no se debe a la carencia de médicos, sino a la organización del sistema médicocentrista generado, mantenido y defendido. Una mentira por mucho que se repita no acaba siendo verdad. Y, además, nuevamente son organismos internacionales quienes hacen tales planteamientos en base a evidencias científicas.

            Si en lugar de estos planteamientos de exclusividad y exclusión identificasen, valorasen y apostasen por otros basados en el trabajo conjunto, analizado, reflexionado y consensuado, no tendríamos que asistir a este tipo de escenificaciones de fuerza y poder que ya pocos se creen y muchos menos aceptan.

Finalmente es una cuestión de respeto. Pero el respeto se logra no se puede imponer.

            Estoy convencido que tanto la Consellera como las enfermeras debemos seguir trabajando en mejorar la salud de las personas, las familias y la comunidad, más allá de cualquier planteamiento partidista, individual o corporativista. Nos encantaría que los médicos se sumasen a este, ahora sí, honorable objetivo sin presiones, condiciones ni descalificaciones.

No existe una verdad absoluta, estática ni oficial. Como dice Noam Chomsky[3], el descubrimiento de la verdad no tiene nada que ver con la imposición de una verdad oficial, porque esta última opción nunca conduce al pensamiento crítico e independiente necesario para lograrla.

No estamos, por tanto, ante una casualidad, sino ante una clara, intencionada y manifiesta causalidad para lograr un beneficio serendipia en el que se produce un de manera accidental, casual o por destino, o cuando se está buscando una cosa distinta.

 

José Ramón Martínez Riera

Enfermera prescriptora

[1] Nicolás Maquiavelo. El Príncipe. Alianza Editorial, Madrid, 2017.

[2] Zygmunt Bauman. Modernidad Líquida. S.L. Fondo de cultura económica de España. Madrid 2016

[3] Noam Chomsky: La (des)educación. Donaldo Macedo (ed. e int.), Gonzalo Djembé (tr.). Barcelona: Crítica (Austral), 2014.

CARTA ABIERTA A LA DRA. Mª ISABEL MOYA GARCÍA PRESIDENTA DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE ALICANTE

Dra.: Moya:

                        Ayer mismo en una carta que dirigía a la diputada por la Cortes Valenciana, la Sra. Yaneth Giraldo, le hablaba de los lobbies o grupos de poder y como estos influían en los posicionamientos y la toma de decisiones de los políticos. Y se lo decía en referencia a su interpelación a la Consellera de Sanidad por el mismo motivo y casi idénticos argumentos a los que usted hace referencia, como Presidenta del Colegio de Médicos, con relación a la prescripción enfermera.

            Curiosamente hoy usted se dirige a la Consellera en este mismo sentido haciendo una serie de consideraciones argumentales que cuanto menos son cuestionables tanto desde el punto de vista semántico, jurídico, profesional e inclusive de respeto a la profesión enfermera.

            Realmente consideraba que los tiempos del absolutismo, entendido este como el poder único desde el punto de vista formal, indivisible, inalienable, intrascendente y liberal, habían pasado a la historia y que nos encontrábamos en un tiempo de respeto, tolerancia, conocimiento compartido, pensamiento crítico, transdisciplinariedad… en un escenario común de relaciones profesionales. Pero el discurso vertido en la carta que traslada a la Consellera realmente introducen elementos que hacen sospechar claramente en un intento de recuperar ese poder absoluto que consideran les corresponde. Lo hacen además desde la arrogancia del narcisismo, en este caso entendido como la admiración excesiva y exagerada que sienten por sí mismos, por sus dotes o cualidades.

                        Por lo tanto, desde estos planteamientos usted pretende establecer una relación causal entre la prescripción y la medicina que la define como exclusiva y excluyente de esta. Mucho más si tenemos en cuenta que la prescripción no hace referencia exclusiva a los fármacos, por lo que las enfermeras siempre hemos estado habilitadas para prescribir.

            No es la primera vez que utilizan estos argumentos y tampoco es la primera vez que acaban sucumbiendo a las decisiones judiciales como consecuencia de sus reiteradas denuncias, que cuando logran que sean admitidas, habitualmente acaban con sentencias en su contra como en el caso de los diagnósticos, las consultas enfermeras, las especialidades…

            Imagínese por un momento que nosotras como enfermeras interpelásemos a las autoridades sanitarias, o les llevásemos ante los tribunales cada vez que ustedes hablan de cuidados médicos porque entendiésemos que los cuidados son exclusivos y excluyentes de las enfermeras.

            Evidentemente lo haríamos si tratasen de arrogarse, los cuidados enfermeros como propios, pero no los cuidados, porque en ese caso deberían estar en los juzgados desde las madres, las cuidadoras familiares, los fabricantes de champú, los psicólogos… que también hablan de cuidados como competencias profesionales o cualidades de sus productos.

            La prescripción, por lo tanto, le guste más o menos, que está claro que es más bien menos, no es ni exclusiva ni excluyente de los médicos. Lo será, en todo caso, la prescripción médica.

            Pero en su alegato en contra de la resolución de la Consellera van más allá y le acusan por haber dicho que las enfermeras, a través de la asunción de esta competencia, serán capaces de obtener mejores resultados a través de la reducción de la presión asistencial y de costes. No sé si las que considera desacertadas declaraciones de la Consellera en este sentido, también tienen que ver con que dichos logros tan solo pueden ser obtenidos de manera exclusiva y excluyente por parte de los médicos. Porque de ser así, está claro que vienen fracasando de manera estrepitosa no solo con su actividad profesional sino con el mantenimiento de un modelo medicalizado, hospitalcentrista, biologicista, dependiente… que a todas luces es ineficaz e ineficiente, pero que defienden a toda costa a pesar de las evidencias que demuestran su clara obsolescencia.

            Usted misma en su encendida defensa de la honorabilidad y dignidad médica, que entiende atacada y mancillada de manera totalmente interpretativa, subjetiva y ausente de rigor, hace una correlación entre las palabras de la Consellera y lo que usted considera un ataque a la profesión médica que tan solo está en su imaginario o que bien utiliza de manera demagógica, interesada y manipuladora para situar a los médicos como garantes exclusivos de la calidad de atención, de la salud, de la sanidad y, si mucho me apura, de la suerte que tenemos todas las personas de que existan para que podamos vivir.

            Señora Presidenta, estaría bien que dejasen de mirarse el ombligo y tratasen de identificarse como lo que son, es decir, unos profesionales muy importantes que precisan de otros profesionales, cuanto menos igual de importantes como ustedes, para prestar una atención de calidad a las personas, familias y comunidad de manera colaborativa y en ningún caso exclusiva y excluyente. Lo contrario les sitúa como dioses mitológicos con poco predicamento en la sociedad actual, al poder ser identificados como mito, es decir, como una historia imaginaria que altera las verdaderas cualidades de una persona o de una cosa y les da más valor del que tienen en realidad.

            En nosotras, las enfermeras, siempre encontrarán a unas profesionales dispuestas a trabajar en equipo para lograr los mejores resultados de salud en la sociedad. No tenemos intención alguna de ocupar aquellos espacios que conocemos y reconocemos como propios de otras disciplinas. Pero sí a asumir aquellas competencias que en base a los conocimientos y capacidad profesional y científica tenemos avalados.

            Señora Moya, no vea fantasmas, donde tan solo existen sábanas. No identifique amenazas donde tan solo se presentan oportunidades. No ataque a quienes pueden y deben ser sus mejores aliados en un celo excesivo que tan solo les conducirá a la pérdida de credibilidad.

            Seguro que en su responsabilidad como Presidenta de los médicos alicantinos tiene temas mucho más importantes en los que dedicar su tiempo, su energía y sus recursos, para que sus colegiados se sientan representados por usted y por la institución que preside.

 

                                               Dr. José Ramón Martínez Riera

                                               Enfermera prescriptora

POLÍTICOS Y MEDIOCRIDAD.

https://sevilla.abc.es/andalucia/sevi-enfermeras-ayudantes-y-medicos-profesionales-sanitarios-segun-junta-andalucia-201905230730_noticia.html

Esto es lo que pasa cuando se pone al frente de la Consejería de Sanidad a personajes mediocres por amiguismo y sin capacidad. La ignorancia es muy atrevida, pero sobre todo es muy peligrosa. Las enfermeras deberemos tener en cuenta a quien votamos para que estas cosas no se repitan muchas más veces, aunque posible y desgraciadamente no será la última ni casi seguro la más grave.
Dicho lo cual ponerse a explicarles a semejantes dirigentes lo que somos y hacemos las enfermeras es tanto como darle margaritas a los cerdos. No está hecha la miel para la boca del burro. 
Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Pero que no nos quepa duda que dentro de nada dirán que se ha sacado de contexto o le echarán las culpas a algún técnico o funcionario. Es lo que tiene.

PUES AHORA YA NO JUEGO Y ME VOY

Ayer en el Consejo Interterritorial de Sanidad en el que se presentaba el documento definitivo de la estrategia de reforma de la Atención Primaria (AP), se escenificó el guión de rechazo al mismo, que ya todos conocíamos gracias al spoiler que el Consejero de Castilla y León nos adelantó en forma de carta, hecha pública, a la Ministra de Sanidad, sin tan siquiera conocer el documento final que se iba a presentar.

Como era de esperar dicho spoiler era también el anuncio de un obediente seguimiento del resto de Consejeras/os del PP, como demostración de fidelidad partidista y partidaria y con el argumento de no querer contribuir a lo que ellas/os denominaron en su comparecencia, tras el teatral abandono, un acto electoralista.

Un documento en el que han venido trabajando profesionales de muy diferentes colectivos profesionales, fundamentalmente sociedades científicas, organizaciones ciudadanas e incluso representantes de las Comunidades Autónomas (CCAA), es considerado por quienes abandonan el Consejo Interterritorial y dicen representar y defender la salud de sus respectivas CCAA como un acto electoralista. Su actitud manifiestamente teatral, premeditada y ensayada, sin embargo, deben considerarla como un acto racional y responsable de cara a las/os ciudadanas y ciudadanos que dicen representar, entre los que también se encuentran las/os profesionales de la salud.

Se pueden entender y respetar las diferencias de planteamiento, se pueden debatir e incluso se pueden rechazar, pero desde el diálogo y el respeto a lo que una mayoría no política ha trabajado. Con su decisión partidista ustedes han despreciado a quienes son receptores de la atención que se pretende mejorar, las/os ciudadanas/os, y a las/os profesionales que deben prestarla, por el simple hecho de que el partido que actualmente ocupa el Ministerio es considerado por ustedes como enemigo al que hay que combatir y batir con y por todos los medios en puertas de periodos electorales que es lo que verdaderamente a ustedes les importa por encima de la salud y el bienestar de la sociedad. No sé si para su escenificación
previamente habrán leído el Príncipe de Maquiavelo, pero si no lo han hecho se aproximan bastante a lo que en la citada obra se concluye, es decir, que el fin justifica los medios. Tan solo que en el caso que nos ocupa, el fin, su fin, iba ligado a un objetivo largamente esperado y necesario como es el de la reforma de la AP.

La política, la buena política, se lleva a cabo desde la argumentación de las ideas que se defienden y que pretenden alcanzar un bien colectivo y no con la utilización de argucias efectistas que distraigan la atención de lo verdaderamente importante para conseguir un titular en los medios de comunicación y una descalificación de sus oponentes políticos. En política como en cualquier otra relación social no todo vale. Existen unas mínimas normas de convivencia, y respeto que no deberían olvidarse y mucho menos romperse de la manera caprichosa e interesada como tan frecuentemente hacen. La educación, la buena educación, también debería formar parte de la política. Con su actitud desacreditan a la política y contribuyen a que la ciudadanía cada vez crea menos en lo que defienden por considerar que se aleja de manera clara de lo que son sus verdaderas necesidades y demandas. Pero esto parece que a ustedes no les preocupe demasiado.

En cualquier caso el documento, muy a su pesar, se ha aprobado y ahora se deberá trabajar para que el mismo pase de ser una guía de acciones y objetivos a una clara concreción de cambios que permitan la mejora de la AP. Y es en ese punto en el que ustedes, como el resto de Consejeras y Consejeros, responsables de la sanidad de sus CCAA deben actuar para que con las competencias que tienen les permitan introducir los cambios que tanto ciudadanía como profesionales han identificado. Ese era y debe ser el momento de su actuación real y no la escenificación de una crónica por ustedes mismos anunciada con claros y manifiestos intereses electoralistas que, paradójicamente, es lo que denunciaban.

Pues ahora ya no juego y me voy! ¿Les suena? Pues que lo hagan los niños puede tener su gracia, pero que lo hagan quienes dicen representarnos les puedo asegurar que no la tiene de ninguna de las maneras. A ver cuando maduran, por el bien y la salud de todas/os.

CONSEJO INTERTERRITORIAL. ESCENARIO DE OPORTUNISMO Y ENFRENTAMIENTO POLÍTICO.

Hoy en el Consejo Interterritorial se presenta el documento “Marco Estratégico para la Atención Primaria de Salud” promovido por el Ministerio de Sanidad Consumo y Bienestar Social, fruto del trabajo y del consenso de profesionales, ciudadanos y representantes de los Servicios Sanitarios Públicos autonómicos. 

Lo que debiera ser un foro de análisis y reflexión para lograr el consenso necesario que permitiese aprobar dicho documento, ya ha sido desvirtuado, alterado y manipulado de manera oportunista por parte de algunas/os consejeras/os de sanidad de CCAA, al anunciar su rechazo antes incluso de ser presentado en el citado Consejo.

Una vez más la clase política española, incapaz de generar un debate sereno, riguroso y serio, se dedica a boicotear sistemáticamente cualquier propuesta de mejora con tal de no beneficiar a quien visualizan como enemigo, que no contrincante, político.

El resultado es el que ya todos conocemos, la perpetuación del enfrentamiento, el ataque sistemático, la demagogia… y finalmente la parálisis que impide un cambio tan necesario como deseado de la Atención Primaria de Salud y Comunitaria.

De nada ha servido que las/os ciudadanas/os, a través de sus representantes, hayan apoyado el documento y tampoco que lo hayan hecho la mayoría de las organizaciones profesionales. Prefieren utilizar este proceso como arma arrojadiza, como elemento de disputa, como excusas sin fundamento, como argumento electoralista, contribuyendo así a que la Atención Primaria y Comunitaria languidezca y siga sumida en esa fase terminal y sin sedación en la que la han abocado con su inacción, oportunismo y egoísmo. Parece que todo valga con tal de conseguir un puñado más de votos o que no los consiga a quien identifican como enemigo.

Cuando se vayan a querer dar cuenta, si es que alguna vez lo hacen, el estado de la Atención Primaria de Salud y Comunitaria será tan lamentable que posiblemente sea irreversible y entonces tan solo quede la solución de la eutanasia… pero ni en eso se pondrán de acuerdo. Antes preferirán que agonice para disputarse su cadáver y la forma de deshacerse de él.

¿Por qué no escuchan? ¿Por qué no observan? ¿Por qué no ven? ¿Por qué no dialogan sobre lo que interesa y preocupa a la sociedad y dejan ya únicamente de oír, mirar y chillar, tan solo preocupados por su interés partidista y exclusivo?. ¿O es que eso no lo saben hacer? Y no es que lo diga yo. Lo dice el reciente informe del CIS en el que se concluye que la mayoría de temas de los que hablan los políticos importan poco a los ciudadanos.

Pero en cualquier caso lo que si que deben dejar de pensar es que las ciudadanas/os de este país somos tontas/os. Háganselo mirar, aunque tan solo sea por la salud de todas/os nosotras/os.

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EL PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE JOSÉ RAMÓN MARTÍNEZ RIERA, ENTRE LOS FINALISTAS A MEJOR DOCENTE DE ESPAÑA 2018

El profesor titular del Departamento de Enfermería Comunitaria. Medicina Preventiva y Salud Pública e Historia de la Ciencia de la Universidad de Alicante (UA) José Ramón Martínez Riera se encuentra entre los finalistas a Mejor Docente de España 2018, según un comunicado de esta institución académica

Martínez Riera ha superado la primera criba de candidatos a Mejor Docente de España 2018 de los Premios Educa Abanca donde se enfrentaba a otros 356 aspirantes en la categoría de universidad y es uno de los diez finalistas de esta edición que dará a conocer el ganador el próximo 10 de enero, informa la nota de prensa.
Según la UA, Martínez Riera es «el único finalista» de la Comunitat en la categoría de enseñanza universitaria y entre sus rivales hay tres profesores de Castilla y León, otros tantos de la Comunidad de Madrid y tres más de Aragón, Asturias y Galicia.
Todos ellos han llegado a ser finalistas por sus propios méritos y tras la valoración de estos de conformidad con una baremación previamente establecida, señala el comunicado.
Sin embargo, para ser candidatos han necesitado algo más que su currículum. Ha hecho falta que sus propios alumnos sean quienes les propongan.
En este sentido, el docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UA ha destacado que el hecho de que «se reconozca el trabajo que se desarrolla es muy importante».
«Y que lo hagan las/os estudiantes es aún más emotivo al ser los principales protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje. Quienes verdaderamente pueden establecer una evaluación objetiva y sincera de lo que reciben y lo que se les deja aportar», ha dicho.
Sobre los motivos de su nominación, Martínez Riera se ha mostrado sorprendido y ha asegurado desconocerlos. «Supongo que a alguien le debe gustar mi docencia», ha comentado.
El finalista de la UA a los premios a Mejor Docente de España 2018 se ha referido a las máximas que caracterizan su forma de impartir clase: «dinamismo, participación, reflexión, creatividad y respeto», además de «creer y querer la educación».
La entrega de premios a los Mejores Docentes y del diploma conmemorativo a los diez finalistas de cada categoría tendrá lugar el próximo 23 de febrero durante el segundo Congreso Mundial de Educación (Educa 2019), en Santiago de Compostela. EFE

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