En un momento en el que el debate sobre la violencia de género y, por tanto, de la necesaria y deseada igualdad, está presente en nuestra sociedad, aunque tan solo sea como postura, creo interesante e incluso oportuno reflexionar sobre la gestión enfermera.
La verdad es que el tema lleva tiempo rondándome por la cabeza y aunque creo tener claras las ideas no acaban de encajarme nunca del todo como para tener un discurso firme, aunque si convencido.
No se trata de analizar las competencias en gestión de las enfermeras, ni tan siquiera de la eficacia o eficiencia de su gestión, que considero está sobradamente demostrada. Es algo mucho menos específico, en cuanto a la propia gestión, pero no por ello menos importante.
En una profesión, como la de enfermería, en la que alrededor del 80% de sus profesionales son mujeres, resulta, cuanto menos, curioso el que la mayoría de los puestos de responsabilidad/gestión y representatividad enfermeras estén ocupados por hombres.